LONDRES.- No es el prototipo de una estrella del pop: no tiene una sonrisa de publicidad de dentífrico ni un cuerpo de gimnasio y lleva el poco pelo que le queda rapado. Tampoco llamaría la atención caminando por la calle. Pero el talento musical de Phil Collins y su capacidad de reinventarse lo han convertido en un icono. Hoy cumple 60 años.

Collins empezó tocando la batería y después dio el salto como cantante de la banda Genesis. Discos como "Foxtrot" (1972) o el mítico álbum conceptual "The Lamb Lies Down On Broadway" (1974) cimentaron la fama de la banda en el panorama musical. En 1981 Collins inició su carrera como solista con "Face Value", que se mantuvo en los rankings ingleses durante 247 semanas.

Aquel fue el comienzo de una grandiosa carrera: hits como "Invisible touch", "Another day in Paradise" siguen escuchándose en las radios y sus conciertos siempre cuelgan el cartel de lleno. Sin embargo, Collins lucha con su pasado: "cuando pienso en algunas actuaciones, no me extraña que la gente no me quisiera en los años 80", le dijo al diario alemán "Welt am Sonntag".

A menudo fue criticado por los medios, que destrozaron sus discos. Pero siempre tuvo fans suficientes: en total, vendió 250 millones de discos en todo el mundo.

Sus primeros pasos en el negocio del espectáculo los dio sobre los escenarios londinenses. A los 14 años consiguió un papel en un montaje de la obra "Oliver Twist". Y en 2008 regresó a esas raíces: compuso la banda sonora para la versión musical del la película de Disney "Tarzán". Su versatilidad queda patente también en distintos proyectos pararelos: produjo a otros artistas como Eric Clapton, probó como actor, entre otros, en la serie "Miami Vice" y tanteó el jazz con su Phil Collins Big Band. En su último álbum, "Going Back" (2010), retrocede a los años 70 y se inspira en el soul de los clásicos de Motown.

Le gusta estar en todas partes, como demostró con su espectacular actuación doble en los conciertos "Live Aid", que impulsó Bob Geldof en 1985. Collins tocó primero en Londres, voló a bordo de un Concorde a Filadelfia y volvió a subirse al escenario. Unos 2.000 millones de espectadores vieron los conciertos.

En cuanto a su vida privada, ha habido altibajos. Tiene cinco hijos de tres mujeres diferentes y, tras su tercer divorcio, vive apartado en una casa junto al lago Leman. Actualmente mantiene una relación a distancia con una periodista de la televisión neoyorquina. (DPA)